Antes del 31 de diciembre de 2020 todos los nuevos edificios deberán tener obligatoriamente un
consumo de energía casi nulo. Este objetivo se anticipa dos años para los edificios nuevos que estén ocupados y sean propiedad de las autoridades públicas. ¿Lo sabíais?
Es una de las razones por las que recientemente se ha actualizado el Documento Básico DB HE de
Ahorro de Energía del
Código Técnico de la Edificación (
CTE), que estaba vigente desde 2006.
Os contamos que la actualización periódica del CTE, conforme a la evolución de la técnica y a la demanda de la sociedad, viene obligada por la propia
Ley de Ordenación de la Edificación. Además, la
Directiva 2010/31/UE del
Parlamento y el
Consejo Europeo, de 19 de mayo de 2010, relativa a la
eficiencia energética de los edificios, obliga a establecer y revisar periódicamente los requisitos mínimos de eficiencia energética, como los que establece el
Código Técnico de la Edificación.
Un incremento en los niveles de exigencia del
aislamiento, valores límite de eficiencia energética en iluminación más rigurosos y nuevas precisiones técnicas para las instalaciones de energía solar térmica y fotovoltaica son algunos de los cambios que implica la actualización del Documento Básico DB HE de
Ahorro de Energía del CTE, que serán obligatorios a partir de marzo 2014, y que podéis consultar
aquí.
La Directiva requiere, además, que los requisitos mínimos de los edificios o sus partes permitan alcanzar unos niveles óptimos de rentabilidad, según una
metodología común europea.
Debemos tener en cuenta que la
edificación es, en nuestro país y en toda Europa, un importante consumidor de
energía. Por tanto limitar su consumo, junto con el uso de energía procedente de fuentes
renovables y una apuesta por la
eficiencia energética, es parte importante de las medidas necesarias para cumplir los objetivos nacionales y los compromisos internacionales. Nos referimos a cuestiones como el paquete de medidas de la Unión Europea sobre energía y
cambio climático, que se conocen como el
objetivo 20-20-20.
Por tanto esta actualización del CTE, que establece las especificaciones relativas a los requisitos mínimos de eficiencia energética de los edificios, producirá a corto y largo plazo efectos económicos y medioambientales beneficiosos para nuestro país, pero también para las economías domésticas, al ayudarles a reducir su
factura energética.