La
Directiva Europea de Eficiencia Energética (2012/27/UE) establece la obligatoriedad de instalar
repartidores de costes (contadores individuales) antes del 31 de diciembre de 2016 en los edificios que cuenten con
calefacción central de calor, frío y/o agua caliente sanitaria.
Su objetivo es reducir en un 20% el consumo de
energía de la
UE en al año 2020, el fomento de las energías renovables y el aumento de la
eficiencia energética en los sectores terciario, residencial, transporte e industria.
Esta directiva está en fase de
trasposición a la legislación española en espera del nuevo Gobierno. En el proyecto de este real decreto se establecen múltiples sanciones en caso de incumplimiento.
Pero, ¿qué es exactamente un
repartidor de costes? Un dispositivo que se coloca en el radiador para la medición individual del consumo en una instalación de
calefacción colectiva.
En este sentido, cada vecino pagará únicamente por lo que se consume a diferencia de cómo se venía facturando con anterioridad, que se pagaba por superficie, lo que conllevará un
ahorro económico.
Teniendo en cuenta que la
calefacción supone en torno al 49,2% del consumo energético doméstico, la instalación de un
repartidor de costes beneficiaría a las economías familiares y al medio ambiente, puesto que el ahorro medio de una familia se estima en unos 224 euros por vivienda y supondría una generación de 2,4 millones de toneladas menos de CO2 al año, según un
estudio realizado por investigadores de la
Universidad de Alcalá de Henares de Madrid.
¿Cómo miden este tipo de contadores?
El
sistema de cálculo, establecido en la norma EN 834:1994, se realiza valorando la temperatura de la superficie del radiador y la del lugar de ubicación del mismo. De este modo, cuando la diferencia de temperaturas entre el radiador y la estancia se incrementan, estos dispositivos entran en funcionamiento. Cuanto más elevado sea el contraste, mayor será el esfuerzo que tiene que hacer el
radiador para dotar a la estancia del calor deseado, por lo que el consumo también ascenderá.
Cómo se realiza su instalación y lectura
Su colocación es muy sencilla, pues para ello no es necesario realizar ninguna
obra, sino que estos aparatos se sujetan sobre el
radiador gracias a unos tornillos.
Su lectura también lleva implícita una gran ventaja; debido a que son electrónicos, los datos se recogen por radio, por lo que no es necesario volver a entrar en la vivienda hasta que se agote la batería, que tiene una duración media de 10 años. Esto conlleva, por tanto, el adiós a la lectura física.
Desde
La Plataforma de la Construcción os animamos, a los profesionales de la
obra y la
reforma, a que expliquéis a vuestros clientes en qué consiste esta medida y os seguiremos informando si surgen novedades sobre este tema.